Muy buena, aquí Martín en su blog regresando para traeros seguramente mi última práctica llamada: robótica en la ficción. En esta práctica trataré temas como qué tan lejos estamos de la ciencia ficción en la robótica. Empecemos pues.
Primero, veamos la saga de Star Wars. En ella salen droides como R2D2 o C3PO. R2D2 sería más realista y en la vida real puede hacerse, aunque no sería un diseño muy realista, que digamos. C3PO sería algo más fantástico.
Después tendríamos a un robot japonés, o sea, Doraemon. Los japoneses idealizan robots como seres adorables y amigables, que no se parecen a los robots de occidente. En este caso, el concepto de Doraemon es pura fantasía, sería casi imposible hacer un robot de ese tipo.
Ahora enfoquémonos en robots más realistas, como el de la película Ex-machina.. Ya existen robots de ese tipo que pueden llevar conversaciones fluidamente. Ahora, solo faltaría añadirles emociones, algo perturbador.
Finalmente aclaramos que es difícil que los robots se rebelen contra los humanos como pasa en Terminator, ya que no pueden autoprogramarse, les programamos nosotros y entre sus leyes está la de no hacernos daño.
Hasta aquí fue todo. Hasta la próxima.
Primero, veamos la saga de Star Wars. En ella salen droides como R2D2 o C3PO. R2D2 sería más realista y en la vida real puede hacerse, aunque no sería un diseño muy realista, que digamos. C3PO sería algo más fantástico.
Después tendríamos a un robot japonés, o sea, Doraemon. Los japoneses idealizan robots como seres adorables y amigables, que no se parecen a los robots de occidente. En este caso, el concepto de Doraemon es pura fantasía, sería casi imposible hacer un robot de ese tipo.
Ahora enfoquémonos en robots más realistas, como el de la película Ex-machina.. Ya existen robots de ese tipo que pueden llevar conversaciones fluidamente. Ahora, solo faltaría añadirles emociones, algo perturbador.
Finalmente aclaramos que es difícil que los robots se rebelen contra los humanos como pasa en Terminator, ya que no pueden autoprogramarse, les programamos nosotros y entre sus leyes está la de no hacernos daño.
Hasta aquí fue todo. Hasta la próxima.
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